miércoles, 2 de septiembre de 2009

Vivir en-sueño




Yo quería explicarte que el goteo desinteresado de las tormentas lo sentía superfluo, que necesitaba mojarme con la lluvia, que tu mano entrelazando mis dedos podían transformar, con una inmutable forma de sueño, todo lo que yo veía o creyera ver; que el paso del tiempo no había modificado perjudicialmente el rojo de nuestras noches, ni el blanco de los días; un tono color gris, de vez en cuando, atenuaba y, dialécticamente, resaltaba los otros colores, pero el cielo comenzó a quedarse sin estrellas y sin luna el día que tu mano se hizo débil, tan débil que me sentí más sólo que cuando realmente lo estaba…por momentos tenía que mirarte para saber que estabas presente, aunque empezabas a perderte, y comenzara a extrañarte, y pensar que tus palabras repetían incansablemente aquello que subía por toda la longitud de mi piel, perpetuando el alma, o el misterio de ese espacio donde las endorfinas revolucionan el cuerpo, mi cuerpo al escucharte, el tuyo al corresponderte. Tu boca entreabierta y tus ojos cerrados casi lastimosos en el momento del orgasmo y esa profundidad tan inexplicable, parecido a un suspiro, que con el último aliento, decía justamente lo que sería profano rehacer…tal vez porque se deshizo en mis manos, con una deleznable e inquietante sombra en los colores del cielo. Nada está definido, la incertidumbre impera en los tiempos presentes y el espacio se curva dejando más condensado el oxigeno, y tu boca me acelera el pulso y me deja sin aliento, es cuando las palabras callan al roce repentino de los cuerpos, y te desnudo, mientras me tocás, siento tu vientre moverse, contraerse y abrir tu sexo.

-¡Ey ya es la hora!

¿Y dónde te has ido todas estas noches? Cómo podríamos perdernos; el cielo otra vez se abre y los colores, sí, en especial el rojo ¿lo ves? Otra vez, están ahí, movilizando cada sentido de nuestros cuerpos que son uno, por un momento y… ¿te vas? Otra vez a París, lo sé…porqué no hacer juntos el viaje, allá habrá colores, que podremos embelezar con palabras y nos sentaremos en el Café des deux Magots a ver el cielo, ¿te acordás? Eso puede ser nuestro, el viaje, los juegos ingenuos, el amor, la pasión y… ¿invención? No, nada de ello, es por nosotros.

Yo quería explicarte que no volaba entre sueños, como si fuesen pasatiempos, ni por distracción parsimoniosa, que proyectaba, en realidad, nuestros sueños hacia una realidad cercana, jamás abstracta; podemos hacerlo, conozco las formas y los colores irrecuperables –porque están continuamente creándose, modificándose, magnificencia de ellos-; multiplicación de espejos, y nada de eso me interesa, solo me miro en tus ojos, que ostentosamente fijan el tiempo en un letargo encantador, son de miel y tan grandes y la circunferencia donde me pierdo y me encuentro no pueden catalogarse dentro de enumeraciones abstractas, porque son míos, o eso, al menos, es lo que quisiera sentir realmente; pero ¿me los quitas otra vez? No quiero jugar al escondite nocturno, donde la mañana nos encuentre distraídos y apresurados en trivialidades, y tus ojos no me miren ya, como si no me pertenecieran. Quiero el juego donde pueda dibujar tus labios a cada momento de mi vida, y que vos sonrías ante mi creación apasionada, y que sepas que el musgo de mis ojos te pertenecen, que no brillan en tu ausencia…recuperemos nuestro cielo…

-Despertá Marcos ¡dale! Se hace tarde, acordate que hoy entrás a laburar a las siete. Sonia se fue a Francia otra vez ¿sabías? Menos mal que esa tarada te dejó, aparte no hubieses tenido el gusto de estar conmigo querido ¿no? Hoy capaz estarías en Paris, con ella, escribiendo cuentitos, esa estupidez que no sirve para nada. Bueno dale, que
tu jefe de sector se va a enojar si no llegás a tiempo para el balance.
Lavate la cara, parecés un muerto ¡Tus ojos ni brillan, papito!

¡No sé dónde tenés la cabeza realmente!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiago…”vivir en-sueño” me pareció estupendo empezando por el nombre que le diste al escrito. Tiene como algo ambiguo la manera que lo nombras, por un lado el en-sueño se puede ver como una alusión a la alucinación que muestra todo el recorrido del escrito en esa personalidad que no es sin ese otro que lo sostenga en una construcción de su propia persona, hasta que se llega a saber que esta soñando y por otro lado a esa fantasía que se vuelve deseo, la representación de ella como la sostiene en el tiempo, hasta que se vuelve consciente en su realidad, y la manifiesta por el cuerpo. Hay pasaje de un escenario a otro. Esa mudanza de estructuras que es lo que lo hace interesante.
“Quiero el juego donde pueda dibujar tus labios a cada momento de mi vida, y que vos sonrías ante mi creación apasionada”… Bueno acá es en el único lugar donde el afirma el deseo, y lo manifiesta llamándola a ella SU CREACIÓN, donde podemos entender como creación una construcción del cimiento del propio deseo.
Él la perdió dos veces, donde en la primera la simboliza en esa esquizia del ojo y de la mirada, donde se mira en sus ojos, hablando en tiempo presente, donde hay una mirada imaginaria, se pierde, deja de ser, y detiene su tiempo ahí, es donde se puede ver ese en- sueño como lo llamas, o alucinación como se podría llegar a interpretar por un lado, donde si ella no esta, él no es, donde se marca de entrada en el escrito el lugar de la hendidura de su herida, esta herida marca una apertura y un cierre, como cierre la segunda vez donde la pierde, donde cae en una realidad que no es su construcción, su creación como el la llama, y ahí toma consciencia que no la tiene y que no es sin ella, este cierre esta presente en su vida como un aspecto desvanecedor, como una carencia, lo no realizado (su creación o ese montaje).
El final acorde… que mas te puedo decir Tiago, impecable.

Censtychia

Diego Sebastián M dijo...

Volver a leer esta crítica después de tantos años no hace más que resignificarla, revalorarla.
Censtychia, gracias.

pd: el tiempo de la respuesta es lo de menos, un mero experimento.