miércoles, 2 de septiembre de 2009
Fondo Negro
Me entregó dormido, cuando el día aclaraba, entre cervezas tiradas y la sangre en mis labios. Golpearon la puerta, a los gritos, y ella reía, tal vez de los nervios, pero reía. "es por tu bien Marcos" susurraba en un constante trinar de dientes, como si el frío de repente hubiera entrado en la habitaciòn. Lo sentí en el pecho, como una puñalada y la sangre que se va del cuerpo. No tenía fuerzas, eso es claro, pero de todas formas, la trompada dio en la mandibula del médico. "A mi no me lleva nadie" grité. "Es por tu bien Marcos, es por tu bien" Yo no estaba loco Marita, bastante deprimido sí, y sé que te asustaste al ver la sangre, pero ni siquiera fue intencional, no quise cortarme, no daba más sabés, quise tirar el mundo a la mierda cuando me dijiste que te ibas. Lo pensé, sólo lo pensé, ni siquiera pasé al acto conciente. Estaba deprimido, angustiado, cansado, pero no busqué la sangre. Fue un brote psicótico dirían después, pero yo no estoy loco Marita. Me metieron en la ambulancia, pronto las pastillas y las caras deformadas de los enfermeros, no sabés que horror ver sus caras desfiguradas, y "que hiciste" y "me borro" y no te borraste, seguiste tirando basura en público, ensuciando mis calles, buscando coartadas y lógicas de ocasión, hablando de invenciones y trucos perversos que no estaban en mi mente, es que ni siquiera fue intencional, pero claro, a la tercer pastilla ¡andá a explicarle a los médicos! deliraba, balbuceaba incoherencias, y el cuadro era locura, demencia ¡que otro iba a ser!
No estuve mucho tiempo adentro, me llenaron de pastillas y andaba en bolas por los pasillos, ahora que lo pienso, sino estás loco, ahí dentro, hacen lo necesario para que lo estés. Es increible. En una semana estaba en mi casa, no tomé más las pastillas, que se las metan en el orto, la angustia es una mierda pero estoy lúcido, para que cerrar los ojos, la realidad la disfrazan todos, con droga, con plata, con alcohol, con la mentira de que existe Dios, con cuentos, con violencia, con la mentira del goce individualista, con la superficialidad de lo material, con lo que se te ocurra Marita. A mi me duele el pecho cuando veo que te tomás en gracia un mundo que se cae a pedazos, yo lo veo todo negro decís, pero vos no tenés idea las cosas que yo pasé, y muchos se me fueron sabés, gente cercana que terminó mal ¿y vos pretendés que te siga el juego? esto es angustia y la saco como mierda puedo.
Hace un año que no te veo, sé de vos porque sos pública y tu burbujas son fáciles de encontrar -ayer compré tu libro, estaba en la parte de literatura erótica, como era de esperarse- pero me quedo a distancia sabés, no voy a ir a reprocharte, pero estabas equivocada, no fue por mi bien lo que hiciste, fue por el tuyo...y lo acepto.
Sí, yo te mandé los jazmines a tu casa ayer, no hay rencor Marita. No ando bien de salud, pero al menos ya no siento la sensación que se me cierra el pecho como cuando te ibas.
-todos los de la sala cuatro dirijanse al pasillo
Lo siento, me tengo que ir Marita, me espera un cigarrillo mojado y una lapicera con poca tinta en el pasillo, no se está tan mal después de todo. Espero que entiendas. Yo no estaba loco cuando me llevaron. Pero lo acepto, lo acepto.
(Pintura: Bruno Busnelli)
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