domingo, 10 de julio de 2016

Lo Indecible



¿Cómo hablar de lo indecible? ¿Cómo se quiebra el lenguaje hasta la desfamiliarización de lo percibido? ¿Cómo recuperar los objetos que se nos han perdido con la sola ayuda de la esperanza? Estas cosas no le importan a nadie, me repito, mientras una parte de mi me fuerza contra las cuerdas del pensamiento y me dice que ahí, justamente, está lo que más importa. La institución que me arrojó al mundo nada sabe de esto. Sólo me miraran extrañados y dirán que estoy perdiendo, malgastando mi tiempo. Tiempo. Ser y tiempo; Ser y nada, la nada del para sí, y el en sí que me forjó en hierro que se convierte en nada proyectado a futuro en la medida de las posibilidades del Ser, producto de la transformación del Ser en la elección. El Dasein, finalmente ¿Ultrajado? ¿Y qué hay de las ruinas neblinosas del tiempo? ¿De los brazos que lo contienen, que lo arropan en un espiral infinito? Estas cosas no le importan a casi nadie, lo digo otra vez. Acomodamiento/Andamiaje. Estadios/Procesos. ¿Progresos? Subjetividad. Claro, pero parece que todos tienen un librito (aunque no lo digan). Gafas y anotadores. Y de repente "¿Qué lo trae por aquí?" y luego "No se puede todo". Y justo ahí empezás a perder. ¿Qué importa el mundo, el sistema del mundo tan ordenadito si no te eriza la piel? Préndanse fuego, amen sin tilde. Construyan grandes quimeras. Y Vuelen como hermosos meteoritos hasta desintegrarse en la atmósfera. Una hermosa estela fugaz que servirá para el deseo de otro, y luego de otro que también decidió mirar el cielo. Hasta que el planeta mismo se contagie de esa fiebre, y finalmente una revolución movilizada por lo artístico hará soñar al pueblo.

Y luego sí, dejar de limitarse con tanta porquería de manual, con tanta bazofia de debes y haberes. De formalismos con gente que tiembla cuando se trata de vivir. Basta ya. No lo podré decir. No alcanzaré a nombrar lo que/por lo cual/quizá. Simplemente esa esfera de fuego que roza mi piel nos bañará de vida, vida que ahogaremos en esa bruma que se arrastra y choca, y rompe contra todo lo que haya que romper, esa tan violeta marea que estamos mirando. Vos mirando, desde hoy. Algo quedó atrás. Yo mirando desde antes -alcanzaste el secreto demasiado pronto y lloraste por la luna- (1). Entonces esperé la esperanza, hasta que me di cuenta que la vida, esta cosita que se escurre entre los dedos, había que tomarla con una actitud tan grande al punto de perderse en ella. Y entonces sí ¿Cómo hablar de lo indecible? ¿Cómo se quiebra el lenguaje hasta la desfamiliarización de lo percibido? Estas cosas son las que me importan. Buscá las tuyas, y cuando las encuentres, incendiate con ellas. 



(1) Frase del tema "Shine on your Crazy Diamond", Pink Floyd.


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